A medida que la innovación en el sector público avanza, estar al día con las últimas tendencias puede ser un desafío. La abundancia de información hace difícil identificar qué estrategias son realmente efectivas y aplicables. Afortunadamente, diversas metodologías han demostrado transformar la gestión pública, optimizando procesos y mejorando la calidad de los servicios.
En este artículo compartiremos tres tendencias clave que marcarán la educación y la capacitación en el ámbito público en 2025:
Herramientas Didácticas Digitales Interactivas:
Las herramientas digitales han revolucionado la enseñanza, permitiendo que las clases sean más dinámicas y participativas. Según Cala et al. (2018), el 67.1% de los estudiantes considera que comprende mejor los temas cuando se utilizan recursos digitales.
Aplicaciones como Kahoot y Quizizz están ayudando a los docentes a diversificar sus estrategias de enseñanza, facilitando la retroalimentación en tiempo real y aumentando la motivación de los estudiantes.
Beneficios:
Facilitan la comprensión de los temas.
Hacen las clases más atractivas y participativas.
Permiten a los docentes identificar dificultades en los estudiantes en tiempo real.
Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP)
El Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) es una metodología que busca que los estudiantes sean protagonistas de su formación a través de la resolución de problemas reales. Guitert et al. (2024) destacan que esta estrategia promueve el pensamiento crítico, la creatividad y la autonomía en el aprendizaje.
Al aplicar ABP, los docentes pasan de ser transmisores de conocimiento a facilitadores del aprendizaje, guiando a los estudiantes en la investigación y solución de problemas.
Beneficios:
Desarrolla habilidades esenciales para el mundo laboral.
Fomenta el trabajo en equipo y la autonomía.
Aumenta la motivación y la retención de conocimientos.
Microaprendizaje:
El microaprendizaje consiste en la división de contenidos en pequeñas unidades accesibles que los estudiantes pueden revisar antes de la clase. Guerschberg y Gutiérrez (2025) destacan que esta metodología mejora la retención del conocimiento y la motivación de los estudiantes.
Esta estrategia permite que el tiempo en clase se enfoque en la aplicación de conocimientos, evitando la saturación de información teórica.
Beneficios:
Facilita la comprensión de los temas antes de la clase.
Hace que las sesiones sean más interactivas y productivas.
Fomenta la autonomía en el aprendizaje.
Con estas tres tendencias, la enseñanza será más accesible, dinámica y efectiva ya que estas estrategias son clave para preparar a los estudiantes para los retos futuros.